En una caminata a través de
los bosques que rodean Santa Rosa de Copan, Honduras me llaman la
atención las diminutas flores
silvestres y otras pequeñas flores que
crecen a sus orillas. Con estas fotos me
hago pequeño y observo estos milagritos
de color y de formas tan diversas. Cada
encuentro con una de ellas es una
pequeña alegría y un descubrimiento para los sentidos.
Unas son completas
con formas conocidas y otras son “casi
flores”. Algunas las encontré siendo visitadas
por insectos; unas florecen solitarias y otras en compañía.
Acompaño este álbum con otras vistas que
expresan el espíritu de la eperiencia;
Después de la caminata, he quedado con ese dulce cansancio que produce
un paseo por el campo y luego, al hacer una siesta , todavía en mi
cabeza flotan las formas y colores de
estas manifestaciones diminutas de la naturaleza. (fotos:Guillermo Anderson)
Fíjense cómo crecen las flores del campo, que no trabajan ni hilan;
ResponderEliminary sin embargo, les digo, que ni el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como una de ellas.