Pintura: Virginia Castillo
Por Guillermo Anderson
La gente siempre me pregunta con mucho interés sobre el
proceso creativo de componer canciones. Quieren saber cómo y de donde surgen las ideas y como esas ideas
terminan siendo canciones. A los que no transitan en los caminos de la música
les resulta un gran misterio, de la misma forma en la cual a los compositores y
músicos nos resultará un misterio otros oficios y productos.
La verdad es que no es tan difícil explicar como se da una
canción. Personalmente no creo que hacer una canción es difícil , lo difícil es
hacer una buena canción. He pensado incluso, que tengo la capacidad de enseñar
a alguien que tenga un poco de oído musical y una facilidad para el lenguaje,
a componer una canción completa en un par de horas. No garantizo que sea una
gran canción pero si con todos los elementos que debe llevar una canción popular.
Quizás una manera de explicar como nace una canción es compararla
al proceso de un pintor, la diferencia siendo, que los compositores de
canciones tenemos la desventaja de que nuestro producto final es “etéreo” no es
un producto material que puede decorar la pared de una casa o mostrarse en una
galería.
Decidir que se va a hacer una canción sobre algún tema no
difiere mucho del artista plástico que decide hacer una pintura de un
personaje, un paisaje, una situación o un sentimiento. Esa es digamos, su
materia prima. Es a ese momento al que se le ha llamado “inspiración” o “visita
de las musas”. Inspiración también se le llama a un estado sublime en el cual
el verso , la pintura y las notas musicales fluyen con facilidad en el artista.
En fin, el artista tiene una experiencia visual o subjetiva, tiene un mensaje
que quiere comunicar y está en él la
decisión de hacer de lo que experimentó una pintura, una canción una escultura;
algo que vale la pena compartir o que merece ser expresado.
Una vez se tiene la idea, así como el pintor, el compositor debe tener técnica, conocimiento de colores y de composición, así
exactamente el que compone canciones debe tener una amplia paleta de lenguaje,
técnica y un buen sentido de composición.
El creador de canciones debe tener buen oído musical y su paleta de palabras debe
tener un buen sentido de estructura o de “composición”. Quizás las palabras “técnica”
y “estructura” no sean muy artísticas o poéticas sin embargo las grandes
pinturas y canciones no han surgido sin que sus creadores tenga un buen control
de su técnica y en el caso de la canción , han sabido armar estructuralmente
sus canciones.
En la cultura occidental
históricamente nos acostumbramos a escuchar una estructura bastante
establecida en las canciones. Fundamentalmente una canción está compuesta por
un numero de versos seguida por un estribillo o coro que se repite.
En cuanto a la letra, el
compositor de música popular debe tener una facilidad natural para
entender la métrica, el número de silabas en un verso , entender y manejar la
rima; En ciertos países latinoamericanos hay una tradición de recitar y cantar
con estructuras de versos populares como la décima, de manera que la gente
naturalmente entiende ciertas estructuras.
Musicalmente el compositor debe tener una natural facilidad de convertir
las sílabas de sus versos en frases musicales originales y
agradables.
Esos son los recursos que tiene para expresar el tema que le
interesa desarrollar. Los buenos compositores en la historia de la canción
popular son personajes que han desarrollado una facilidad para hacer
malabarismo con todos estos recursos para entregar una canción que combina la
buena poesía o “el decir ingenioso” con buenas ideas musicales.
En este escrito me he
referido naturalmente a la canción popular tradicional y a la canción “Pop” contemporánea. Son muchos
los artistas que han roto estas reglas y se han salido de los patrones
tradicionales con mucho éxito.
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