Ver un edificio destruido por una bomba terrorista es ver el odio y la demencia, es ver el fracaso del ser humano, del diálogo y de la historia de la conciencia; Saliendo de la aduana en el aeropuerto de Madrid nos recibió una escena impactante; las ruinas del edificio destruido por la bomba de ETA que además cobró las vidas de dos inmigrantes ecuatorianos.
Paradójicamente el hecho toca dos temas vitales en la Europa actual; el terrorismo y la inmigración. Confieso que es primera vez que veo las ruinas de un acto terrorista . La escena me hizo pensar mucho en los niños y en las víctimas inocentes de tanta violencia en el mundo y en las varias caras del terrorismo.
Estamos obligados moralmente a trabajar por un mundo mejor. A darle forma a un mundo que no se rinda ante el horror. No es en vano promover el respeto por nosotros mismos, la paz y el respeto en nuestros hogares. Enseñar a los niños que la violencia no es la solución a ningún problema. No es en vano.
Me gusta repetir una cita que leí en algún sitio:
¿Que un pequeño grupo de ciudadanos concientes no puede cambiar el mundo? !Por Dios, es lo único que lo ha ido cambiando!
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