Artista Compositor y Cantante (Honduras)

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domingo, octubre 22, 2006

La Pulpería, Esa Institución




















Por Guillermo Anderson
Fotos Wilson Gonzales , Cortesía de : www.holaceibita.com


Mi vecino, Don Miguel, ha anunciado que va a cerrar su pulpería; Un par de asaltos en el barrio y el darle el espacio a un negocio que ahora ha comenzado su hija son las razones. Es triste como ante nuestros ojos desaparece poco a poco esa institución nacional que ha sido la pulpería para todos los que hemos crecido en las ciudades aldeas y caseríos de este país. La palabra es curiosa y su origen merece una investigación por los que escudriñan en la cultura popular de este pais. “Trucha” se les dice aun en la costa atlántica. Lo que más se acerca al origen de la palabra es el término inglés “trade shop” o tienda de trueque, que quizás trajeron las bananeras norteamericanas a la costa.

Muchos de mis recuerdos de infancia por ejemplo, están inevitablemente ligados a las distintas pulperías del barrio. Antes que la oferta de estos negocios se redujera a los ordinarios churros y refrescos, cada pulpería del barrio tenia una pequeña especialidad. Mientras que en una se ofrecían buenos productos lácteos traídos de una hacienda cercana, otra ofrecía pan fresco o galletas hechas en casa por la propietaria. Otra tenía un apartado de hilos agujas y madejas. Mi abuela me enviaba a la de Doña Sarita porque vendía las mejores semitas para el café de la tarde. Me las daban envueltas en papel de pan’ -¿Qué habrá sido del papel de pan?-Era además la única que vendía los deliciosos “sopapos”, que consistían en pelotas de palomitas de maíz con miel. A propósito de papel, había una pulpería que vendía papel de china, el especial para hacer coloridos papelotes.

Si me entrego a los recuerdos, puedo recorrer distintas etapas de mi infancia y adolescencia según las distintas pulperías que existieron en el barrio, lo que vendían y las horas que pasamos sentados en alguna banca frente a las misma, hablando burradas.


Mas allá de que la pulpería de barrio sea una experiencia hondureña, quien viaje un poco se dará cuenta de lo internacional que es. Sé que desde Honduras hasta la Argentina reciben el mismo nombre. Hace poco, en el descanso de un ensayo en el Teatro Nacional de Panamá decidí dar un corto paseo por el centro histórico. A la vuelta del teatro en una esquina, entré a comprar una botella de agua en un establecimiento. De pronto, me di cuenta que estaba en una autentica pulpería de barrio. Me pareció curioso como aquel negocio sobrevivía como tal a la vuelta del Palacio Presidencial de Panamá en pleno centro histórico y turístico. Pero para mis ojos eran la pulpería de cualquier barrio hondureño, la misma disposición de los artículos, botes llenos de dulces. Y la familiaridad del Señor que la atendía.

Para mas autenticidad y sorpresa, un pequeño cuadro colgado en la pared que no logro borrar desde mi infancia y que colgaba en todas las pulperías. El de los dos señores vestidos de smoking, uno con cara de contrariado y otro el otro de rostro tranquilo, con la leyenda que dice “ Fiado Murió, Mala Paga Lo Mato”; Me sentí en casa.
















Pulpería hondureña


En otra ocasión, entre actuaciones en un auditorio del prestigiado Instituto Smithsonian de la capital estadounidense, decidí recorrer una sección del museo dedicado a Áf rica. En medio de una de las salas estaba la reproducción de una típica pulpería de Senegal, su similitud con las nuestras era tal, que a pesar de que esta vez se presentaba casi como especie en peligro de extinción, sentí esa misma familiaridad que experimente en Panamá. Quizás es acertado que un museo como el Smithsonian presente la escenificación de una pulpería como una institución del pasado. Los fríos y despersonalizados supermercados y centros comerciales van ocupando el lugar de estos pequeños y acogedores negocios. Tristemente, la única experiencia que han tenido mis pequeñas hijas con relación a la pulpería y al barrio es ir a comprar refrescos y churritos a la “trucha” de mi vecino Don Miguel, una de las miles de pulperías en el país que están a punto de desaparecer. Un día, de visita en un país lejano, visitaran un museo y el ver la escenificación de lo que fue una “típica pulpería de un barrio latinoamericano” les traerá un vago recuerdo del vecindario en que crecieron y de la pulpería de Don Miguel, donde algún día fueron con su padre a comprar churritos.

La Ceiba, Setiembre del 2006



3 comentarios:

Julia Ardón dijo...

Precioso retrato de una experiencia que cada quien recuerda a su manera.
Yo por ejemplo, crecí en Alajuela, aquí en Costa Rica, a 50 varas de la pulpe de "Canaco".
"Canaco" tenía un cuaderno donde apuntaba lo que comprábamos toda la familia...la torta era que aparecieran allí apuntadas cajitas de lápices de colores, muñequitas de recortar o confites....porque eso no nos dejaban comprar "apuntado".
La leche se venía en botellas...las descremadas valían como una peseta ( 0.25 céntimos de colón) y las con crema como 30 céntimos.
Eran los mismos tiempos e igual nos sentábamos a hablar en una banca enfrente de la pulpe, en el parque a hablar. La diferencia, tal vez es que las niñas sí hablábamos de cosas inteligentes!

;)

Anónimo dijo...

Guillermo, admiro mucho el sentimiento que le pones a todo lo que hablas, a algo tan sencillo, y que vivimos desapercibidos hoy en dia, me has hecho recordar muchas cosas, que ya ni me acordaba, sabes por eso siempre visito tu pagina. me hace reflexionar muchisimo.

gracias Guillermo....!!!

Anónimo dijo...

Creo que nuestro pueblos estan perdiendo nuestra propia identidad con la llegada del desarrollo de otros paises por medio de sus franquicias. Creo que es importante que nuestra sociedad no sea absorvida por esas tendencias de desarrollo...No digo que desarrolo sea malo, pero si debe de haber un desarrollo integral de nuestras costumbres con el desarrolo economico. por ejemplo yo miro que en mi pais Honduras se llena de franquicias americanas que no tiene nada de hondureno, en cambio seria mucho mejor si desarrollaramos locales hondurenos con cultura catracha y asi tambien en los demas paises. Para eso debe de cambiar nuestra identidad de adoracion por los Norteamericano y sentirse masn Hondureno o ...

Felicidades por su perpectiva de ver ese pequeno comercio en difenrente sociedades..